Los resfriados del otoño

Durante el otoño es muy habitual que las personas sufran uno de estos males tan comunes, el resfriado. En esta estación se produce un cambio brusco de temperatura y humedad respecto al verano. Los días pueden ser calurosos, mientras que las mañanas y las noches se vuelven muy frescas o frías. Uno no sabe que ropa ponerse a lo largo del día porque hay muchas variaciones. Existen momentos en que se puede pasar bastante calor y otros frío. La humedad varía también porque suele llover. Si sumamos estos dos agentes climatológicos tendremos dos factores importantes causantes del tan molesto resfriado.

Nuestro sistema inmunitario se vuelva un poco loco de tanto estrés producido por los cambios constantes de temperatura. Si además, está un poco débil estará más sensibilizado. Consecuencia de todo ello, los resfriados otoñales están a la orden del día por estas fechas como cada año. ¿Qué podemos hacer para fortalecer nuestro cuerpo para que sea capaz de hacer frente a estos cambios de temperatura y humedad?
Lo primero que tendríamos que hacer sería estimular nuestro sistema inmunitario inespecífico. Si éste está fuerte, así como una buena y rápida capacidad de respuesta será capaz de hacer frente a los agentes externos que nos pueden provocar dicho malestar. Según la medicina tradicional china, el resfriado puede darse por varios motivos. Pero los principales son: una debilidad de Qi (energía) del Pulmón y/o que haya sufrido un ataque de energías perversas externas, principalmente viento – frío – humedad.
En muchas ocasiones, cogemos frío porque nos hemos quedado dormidos destapados o vamos poco abrigados. La humedad puede ser debida a que nos hayamos mojado de la lluvia o que nos hayamos duchado y nos vayamos a dormir con el cabello húmedo. Esto puede provocar que el frío y la humedad penetren en el cuerpo. Ante esto se puede realizar varias cosas.

Si somos conscientes que hemos cogido frío y/o hemos estado expuestos a cierto grado de humedad podemos intentar dispersar del interior del cuerpo hacia fuera dichos factores perversos. En China – en estos casos - es muy usual tomar algún alimento que tenga un sabor algo picante. Por ejemplo, puede ser en forma de sopa. En este caso una sopa de mijo con caldo de verduras y pollo, añadiendo en el momento de servir unos dientes de ajo machacados y un poco de pimienta negra o guindilla sería muy interesante. En china es muy tradicional tomar sopas con efectos específicos sobre ciertos malestares que pueda tener la persona. Pero vigilemos de no pasarnos con el picante porque sino conseguiremos el efecto contrario.

Esto se puede complementar tomando durante varias mañanas zumos de cítricos (naranja, pomelo, limón, kiwi, fresones…). También podría tomarse por sistema de forma preventiva durante el periodo otoñal - invernal. Pero recordemos, que para que los cítricos tengan unos niveles aceptables de vitamina C tiene que haber madurado al sol, sino sus niveles serán muy bajos y no tendrán casi efecto.

Como prevención, durante unas semanas sería muy útil el uso de la equinácea purpurea o angustifolia mezclado con un poco de própolis y jalea real. Esto es especialmente indicado cuando observamos estos cambios tan bruscos de temperatura, o si vemos que las personas de nuestro alrededor (familia, trabajo...) van resfriándose (seguro que en un momento u otro nos va a tocar a nosotros). Recordemos que la equinacea funciona especialmente bien como preventivo, y no tanto cuando ya tenemos el "trancazo".

También como preventivo, o con los primeros síntomas (picor de garganta, rinitis líquida...) se puede tomar vitamina C en comprimidos concentrados, o los famosos hongos orientales Maitake (Grifola frondosa), Shiitake (Lentinula edodes) Kawaeatake (Coriolus versicolor) o el Reishi (Ganoderma Lucidum). Los hongos son menos conocidos en occidente pero su acción es muy potente.

Hay que tener en cuenta que cuando estimulamos de golpe mucho la inmunidad (frente al caso de un resfriado) puede pasar varias cosas. Lo más habitual, es que el "subidón" inmunitario haga que no "cojamos" el resfriado. También puede ocurrir que lo tengamos, pero mucho más atenuado y corto. Pero puede ocurrir también que estemos tres días bastante mal (como si todo se condensara) con fiebre, tos... y luego nos encontremos bien rápidamente; especialmente cuando circulan esos resfriados que a las personas les duran tres o cuatro semanas.

Evitar ir excesivamente abrigados es otra cosa a tener en cuenta. Si lo hacemos atrofiamos el mecanismo natural regulador de la temperatura de nuestro cuerpo a través de la piel. En el caso de notar que hemos cogido frío también podemos realizar baños de temperatura ascendente de pies y pantorrilla terminado en una ducha en las mismas zonas de agua fría de 5 segundos finalizando con un buen secado. Evitar también los productos refinados de harina blanca que disminuyen el sistema inmunitario.

Recordar que una correcta alimentación, descansar las horas necesarias y la actividad física cotidiana son también una forma de mantener un sistema inmunitario fuerte… y cómo no! intentar estar bien emocionalmente. Recordar que el estrés y los estados anímicos bajos predisponen a tener las defensas débiles.

Recordar también, que no hay que tomar antibióticos para un resfriado (NO AUTOMEDICACIÓN), a no ser que nuestro médico nos lo recomiende por algún motivo especial... y que siempre hay que tomar probióticos el doble de tiempo que el del antibiótico. 

* En el caso de padecer alguna enfermedad, seguir algún tratamiento médico, o estar en alguna fase fisiológica especial (ambarazo, lactancia...), se recomienda siempre consultar al médico de cabecera o especialista por si encuentra algún inconveniente a la hora de tomar algún complemento nutricional funcional.

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